lunes, 15 de diciembre de 2014

Nudo tras nudo, gota a gota, todo cuanto existe se ha creado así

Mide una tira de hilo, su experiencia le dicta el tamaño correcto. Las pulseras de bisutería no nacen de la noche a la mañana, los diseños únicos se elaboran de una manera especial. Toma entre sus manos una pinza, un objeto cortante con el que realizará una disección. Necesitará más de un filamento, el diseño que tiene pensado requiere de varios hilos, en total habrán de ser cuatro los colores que empleará.
Rojos hacia los extremos, negros acompañando a los mismos, blancos en la parte central. Tiemblan sus manos, superadas por su excitación, encantadas de ser las artífices que permiten convertir sus ideas en algo concreto.  Aprieta entre sus dedos un par de hilos y a continuación anuda el primer eslabón. La magia ha comenzado su andadura. La habitación se empapa en una extraña aura, el espíritu de la inspiración guía sus manos. Súbitamente es asaltada por el éxtasis, que la mantiene en un prolongado estado febril. Nudo tras nudo, gota a gota, todo cuanto existe se creó así.
Conforme la tierra sigue su curso, rotando impávida, sus manos van urdiendo una trama. En sutil confabulación, se crea un nexo efímero entre la mujer y el espíritu de la inspiración. Las pulseras de bisutería no nacen de la noche a la mañana, los diseños únicos requieren de mucha inspiración. Hilos que se doblan, retorciéndose sobre si mismos, anudándose en ceremonial zigzagueo, creciendo sobre sí mismas, nudo a nudo, gota a gota.
Ya casi, sí, ya casi. Ya casi consiguen reflejar lo que de ellas espera su autora. Con aliento entrecortado soporta las energías del universo que se agolpan dentro de ella, apoyándose en la fortaleza de su cuerpo.
¿Cómo es posible?, se oye la voz de alguien que está de paso, ¿de dónde brota la belleza de tu diseño? Flecos por doquier, espacios geométricos entrelazándose, pequeños elementos de bisutería incrustados armónicamente, nudos duros y suaves. Un diseño único ha emergido desde el aparente vacío. Las pulseras de bisutería no nacen de la noche a la mañana, los objetos originales no nacen del hombre solamente, necesitan de la mano del espíritu de la inspiración.
Los adminículos básicos para crear pulseras de bisutería no requieren de tanta fastuosidad. El secreto para crear belleza a partir de pequeños elementos entretejidos radica en que éstos sean muy sencillos. Algo tan aparentemente sin gracia como un botón puede, en las manos correctas, convertirse en una elegante pieza de colección. Si nos pusiéramos a sumar hilo más botón más trabajo el resultado no es un objeto definido; en esta ecuación hace falta considerar el elemento más importante, la parte no racional de nosotros, aquella que es capaz de imaginar lo que conscientemente no podríamos.
Hay quienes pretenden superar esta característica humana sometiendo los diseños a la ley de la estadística, a datos que, supuestamente, brindarán pistas de cómo habrá de ser el siguiente diseño. Algunos lo consiguen, otros no, después de todo, éxito comercial no necesariamente va de la mano con el logro de algo inigualable.

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